Presentación do 34 Congreso de Teoloxía a cargo de Margarita Mª Pintos de Cea-Naharro

Desde 1980 que convocamos el primer Congreso de Teología, hemos hecho un largo camino y hoy comenzamos este 34 Congreso con el horizonte de analizar y reflexionar sobre la posible reforma de la iglesia católica desde el ámbito que desde hace años ha sido nuestro lugar teológico preferencial: los pobres.

Tenemos una historia próxima vivida por casi todos los presentes, de luchas, fracasos y esperanzas sobre la institución a la que pertenecemos en el ámbito de la fe. Hemos ido construyendo desde nuestras comunidades un posible modelo que, para algunos, empieza a dar sus frutos.

Somos las ramas de un árbol que hunde sus raíces en la Tradición de unos hombres y mujeres que creyeron en el proyecto que les presentó Jesús de Nazaret. A lo largo de estos 21 siglos, las luces y las sombras han ido construyendo y desarrollando la propuesta. Desde María de Magdala, que creyó y reconoció al Resucitado, sobresaltando con su anuncio al resto de los que estaban en Galilea, hasta las personas que hoy trabajan y dan su vida en los países infectados por el ébola, encontramos muchas experiencias que nos conviene recordar: las vidas cercenadas por el poder imperial que los consideraba una amenaza o quemados desde la propia institución por permanecer fieles y críticos, las aportaciones de las místicas y teólogos que tantas veces han visto destruida su obra u obligados a guardar silencio, los enfrentamientos de los/las fundadoras de órdenes religiosas perseguidos muchas veces y que todavía hoy sus miembros son amonestados por dedicarse a los colectivos excluidos, los movimientos que defienden otra manera de vivir los ministerios eclesiales, las diferentes comunidades comprometidas con su entorno y haciendo visible otra manera de ser iglesia, etc.
Si hoy se percibe alguna reforma en el Papado, no nos quepa duda que es por el trabajo de todas estas personas que nos han precedido y también por el nuestro.

Las mujeres siempre han ocupado un lugar primordial en el cristianismo y han sido mediadoras (brujas), visionarias, místicas, madres de hombres influyentes, esposas silenciadas, vírgenes elevadas a los altares como modelo del uso de la sexualidad, etc. Pero desde los primeros siglos los Padres nos arrebataron nuestro lugar y nuestro poder. Nosotras hemos permanecido fieles, aunque a veces hemos hecho dejaciones que nos han costado muy caro, pero en estos momentos nos hemos empoderado, sabemos lo que queremos y trabajamos por una iglesia inclusiva e igualitaria siguiendo los principios evangélicos.

El cambio de paradigma que hemos propiciado es que las transformaciones se hacen desde abajo y empezamos a ver algunos frutos, todavía incipientes, amargos, que necesitan del calor de nuestra esperanza para madurar.

Empezamos este congreso con una reflexión bíblica, preguntándonos desde nuestra experiencia, ¿fundó Jesús la Iglesia?

Analizaremos algunos aspectos que consideramos imprescindibles para la reforma de la iglesia católica: la democratización de la institución y la defensa de los Derechos Humanos en su interior
el lugar teológico desde dónde hacer la reforma que no puede ser otro que el de los excluidos

Reconocimiento de las mujeres y de otros considerados “no personas” como sujetos morales (Derechos sexuales y reproductivos) y teológicos, así como personas que pueden tener en su proyecto vital acceder a los ministerios ordenados como servicio a la comunidad.

La Inclusión como nuevo paradigma para conformar una comunidad eclesial ausente de discriminaciones.

Y todo esto desde las experiencias que aparecen en el programa, que trabajan y ponen en práctica los aspectos anteriores: jóvenes indignados, mujeres inmigrantes, mundo rural, comunidades de base, Moceop, obispos de la teología de la liberación, compromiso con el mundo de la marginación, etc.

La reforma de la iglesia no se puede quedar en el ámbito eclesial, sino que tiene que traducirse en la esfera pública –política, social económica- lo que exige cuestionar el modelo económico liberal y apoyar alternativas que plantean los movimientos sociales y los Foros Mundiales.

Y todo esto para volver a nuestro ámbito comunitario y poner en práctica de manera solidaria y crítica los aspectos que todavía no hemos conseguido.

No podemos olvidar que nuestra comunidad es el fundamento de la iglesia en la que creemos y que las reformas las hemos empezado desde abajo y por eso empezamos a ver algunos frutos. Una reforma que tiene que ser paritaria. Felicito a los organizadores del Congreso porque este año han conseguido, creo que por primera vez, una participación paritaria e hombres y de mujeres en las conferencias, mesas redondas y comunicaciones.

SALUDO DEL ARZOBISPO DE TÁNGER, el franciscano Padre Santiago Agrelo.

“La malla anti trepa que la pongan para quien quiere trepar, pero no a la gente que quiere vivir. Las cuchillas son una violación manifiesta de los derechos humanos, una violación de la integridad física de estas personas… yo se las pondría al ministro del Interior a la puerta de su casa, para que no pudiera entrar”.

Fonte: http://www.redescristianas.net/2014/09/05/34-congreso-de-teologia-presentacion-margarita-ma-pintos-de-cea-naharro-asociacion-de-teologas-y-teologos-juan-xxiii/#.VAmaNRbNovk.gmail