Santiago Agrelo, arzobispo de Tánxer, fala da igrexa

«Hay que diferenciar dos mundos: el mundo de los intereses nacionales, que no sé con qué criterios se determinan, y el mundo de la fe, donde no hay fronteras», subraya el arzobispo de Tánger, Santiago Agrelo, de visita en Valencia. En una entrevista con Paco Cerdá, el prelado incide en que «¡ojalá los que decimos que tenemos fe en Dios o que creemos en el Evangelio nos moviéramos con la fuerza que ese sueño da a los subsaharianos que saltan la valla!»

Para el arzobispo franciscano, «si yo pongo una valla y cuchillas en la frontera es porque la considero infranqueable para determinadas personas». Pero «¿tengo yo más derecho que el que tiene el pobre a traspasarla?».

«Cuando se trata de legislar respecto a los pobres lo hacemos siempre los ricos, y siempre desde nuestra perspectiva y no respecto a sus necesidades. En ese sentido, las fronteras son racionales para los ricos, pero son irracionales, absurdas, opresoras y discriminatorias para los pobres. ¿Sería posible que a la hora de legislar tuviéramos la delicadeza de preguntarles a ellos qué esperan y cómo podemos ayudarles?», añade Agrelo.

Sobre los clichés de la inmigración, Agrelo denuncia cómo «cada año presumimos de que nos visiten 60 millones de turistas, pero cerramos la frontera a estos 4.000 o 5.000 inmigrantes». Una política «equivocadamente economicista» en opinión del arzobispo de Tánger, quien subraya que «han de cambiar las políticas y las conciencias»

A nova completa neste enlace: http://www.periodistadigital.com/religion/espana/2014/02/27/agrelo-nos-hace-mucho-dano-que-se-asocie-a-la-iglesia-con-el-pp-dios-es-de-izquierdas-religion-iglesia-tanger-cuchillas-valla-melilla-espana-gays.shtml

«Cuando se trata de legislar respecto a los pobres lo hacemos siempre los ricos, y siempre desde nuestra perspectiva y no respecto a sus necesidades. En ese sentido, las fronteras son racionales para los ricos, pero son irracionales, absurdas, opresoras y discriminatorias para los pobres. ¿Sería posible que a la hora de legislar tuviéramos la delicadeza de preguntarles a ellos qué esperan y cómo podemos ayudarles?», añade Agrelo.

Sobre los clichés de la inmigración, Agrelo denuncia cómo «cada año presumimos de que nos visiten 60 millones de turistas, pero cerramos la frontera a estos 4.000 o 5.000 inmigrantes». Una política «equivocadamente economicista» en opinión del arzobispo de Tánger, quien subraya que «han de cambiar las políticas y las conciencias».

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