XOVES SANTO: COMPAIXON NAS FRONTEIRAS DA VIDA

A nosa comunidade elixiu como lema desta Semana Santa de 2016 o lema de «COMPAIXÓN NAS FRONTEIRAS DA VIDA». Xesús de Nazaret viviu con intensidade a compaixón nas fronteiras da vida. Na cea de despedida quixo simbolizalo lavando os pés a @s convidad@s, compartindo o pan da mesa e pasandolles unha cunca de viño. Deixamos aquí unhas preciosas achegas de Manolo Regal sobre o sentido destes simbolos.

La celebracion de la cena del Señor en nuestra parroquia será a las 8 de la tarde. Y el viernes 25 tendremos una oracion comunitaria a las 12 de la mañana.

LAVAR LOS PIES

«Luego, si yo el Señor y el Maestro, os lavé los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros» (Jn 13,14).

 Lavar los pies es amar el vecino, la vecina.

Lavar los pies es acoger y respetar, con la palabra, con los hechos.

Lavar los pies es pensar en los demás con idea de hacerles bien.

Lavar los pies es comprender y perdonar.

Lavar los pies es hacer nuestras las penas y lágrimas de la gente que nos rodea.

Lavar los pies es servir, ayudar, colaborar.

Lavar los pies es dar de lo que es de uno para que crezca lo que es común.

Lavar los pies es visitar el obsequiar el vecino, la vecina.

Lavar los pies es juntarse, unirse, organizarse, asociarse, para solucionar mejor los problemas del pueblo.

Lavar los pies es hablar, compartir las ideas, la vida, los trabajos, las ilusiones.

Lavar los pies es dar de la propia alegría para que crezca la alegría de todos y todas.

Lavar los pies es renunciar a la propia comodidad para aliviar el cansancio ajeno.

Lavar los pies es conocer y recordar los nombres de la gente y envolver en el amor todos sus pasos.

Lavar los pies es grabar la vida del hermano o hermana en el propio corazón.

Lavar los pies es decirle la quien nos acompaña: te quiero, te quiero hasta el fin.

Lavar los pies es inclinarse humilde y reverente ante su suciedad y, sin más, simplemente, lavarle los pies.

 «Os di así un ejemplo, para que, como yo hice con vosotros, así hagáis también vosotros» (Jn 13, 15).

 DEJARSE LAVAR LOS PIES

«Pero, cuando Jesús llegó donde Simón Pedro, éste le dijo:

   – Señor, me vas a lavar los pies tu a mí?

Jesús le respondió:

   – Lo que yo hago tu no lo entiendes ahora; lo has de comprender después.

Pedro le replicó:

   – Tú no me lavarás los pies a mí jamás». (Jn 15,6-8).

 Dejarte lavar los pies por Jesús, por la gente, es dejarte acariciar y querer por Dios, por la gente.

Dejarte lavar los pies es dejarte cuidar por Dios, por la gente.

Dejarte lavar los pies es tener conciencia de tu suciedad, de tu pecado, de tu debilidad.

Dejarte lavar los pies es aceptar agradecido/a las críticas y correcciones de los demás.

Dejarte lavar los pies es querer crecer en el bien, en la bondad, en la libertad.

Dejarte lavar los pies es aceptar que todos/as necesitamos de todos/as.

Dejarte lavar los pies es participar en la alegría de la gente pobre y débil.

Dejarte lavar los pies es disfrutar sintiéndote digna/o de la atención de los demás.

Dejarte lavar los pies es entender que lo mejor de la vida es el servicio.

Dejarte lavar los pies es tomar conciencia, con humildad, de la propia dignidad.

Dejarte lavar los pies es ver el mucho que vales a los ojos de Dios y de la gente.

Dejarte lavar los pies es admitir la hermandad como sistema de vida.

Dejarte lavar los pies es dar y recibir confianza.

Dejarte lavar los pies es admitir que somos familia, comunidad.

Dejarte lavar los pies es vivir en constante agradecimiento.

Dejarte lavar los pies es algo revolucionario.

Dejarte lavar los pies es el primer mandamiento de una relación sana con Dios.

Dejarte lavar los pies es más difícil que lavarle los pies a la demás gente.

 «Jesús le respondió:

   – Si no te lavo los pies, no tendrás parte conmigo.

Exclamó Simón Pedro:

   – Señor, entonces lávame los pies, las manos y la cabeza» (Jn 13, 8-9).

 (Original en lingua galega en escola de espiritualidade)