Joan Carrero une na súa traxectoria vital o cultivo da espiritualidade e o compromiso pola xustiza. A súa acción inscríbese na liña aberta por Gandhi e Lanza do Vasto. É o presidente da «Fundació S´Oliveiral» desde a súa constitución en 1.992. Vén sendo proposto ao Premio Nobel da Paz desde o 2.000, tras a súa folga de fame de 42 días
para tentar deter o exterminio de centos de miles de hutus ruandeses no Zaire.
Poñemos aquí a sua presentación e o seu artigo: «Tenía 18 años cuando en 1969, sentí un fuerte impulso interior hacia la soledad y el silencio. En unos ejercicios ignacianos conocí a Miquel Suau, un sacerdote que pasaba por un proceso parecido. Decidimos iniciar una experiencia que nos resultaba totalmente nueva, pero todo se iba entrelazando. Otro sacerdote, Jaime Cabot, nos ofreció su finca de S´Olivar en
el bello valle de Estellencs, muy cercano al lugar donde Ramón Llull fundó en 1276 el Monasterio de Miramar, en el que se aprendían las lenguas orientales en un clima de concordia entre judíos, cristianos y musulmanes.De esos años, en estos magníficos parajes de la Serra de Tramuntana sobre el Mediterráneo, el beato escribió: “Entre vides e hinojos me arrebató el amor: me hizo amar a Dios, sumido entre suspiros y lágrimas.” También a mi manera, puedo decir que en la paz inspiradora de la Serra,
entre sus olivos y bancales centenarios, en su clima mediterráneo y en especial en sus pascuas-primaveras… ¡el Resucitado se me ha hecho tantas veces el encontradizo! Retornando de mis viajes por todas partes del mundo, con frecuencia fatigado y desanimado por tanta mezquindad, injusticia y mentira ¡he reencontrado tantas veces esa serena y gozosa atmósfera pascual, tan llena de la presencia/ausencia del Señor Jesús, que nos restaura desde lo más hondo!. En las semanales comidas pascuales presididas de nuevo por el Resucitado que se manifiesta, ¡su saludo profético eficaz “Shalom”, me ha puesto tantas veces de nuevo en marcha, sostenido por la certeza de que lo importante no son los resultados sino la fidelidad al Señor de la Historia!. El es capaz de multiplicar nuestros pobres esfuerzos a favor de la Paz, la Justicia y la Verdad. Esa permanente apertura a la presencia y las inspiraciones del Señor Jesús ha sido durante estos años mi modo de orar continuamente».
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