A web de Acción Verapaz, na que tanta dedicación deu Bernardo, publicou un artigo en lembranza do noso compañeiro. Ademais podemos atopar outros textos e reflexións de xente que o acompañou nalgún momento e que quixeron dar a súa despedida.
Deixamos o texto de Lobo:
Muchos estaréis esperando unas palabras de recuerdo a nuestro Presidente Bernardo Cuesta, sobre todo quienes no pudisteis estar en la impresionante despedida-homenaje que recibió en la iglesia de San Esteban de Salamanca, en la capilla ardiente la tarde del sábado 21 de enero y en la misa funeral del domingo 22, por la mañana.
La Eucaristía de San Esteban fue presidida por el Obispo de Salamanca, acompañado por el Obispo de Puerto Maldonado (Perú), Francisco González, amigo de Bernardo, al haber estado con él en el origen de la Comunidad de Babilafuente, siendo ambos todavía estudiantes de Teología. La iglesia estuvo llena a rebosar, cosa que hacía muchos años que no ocurría, como comentó algún religioso. Allí estaban los vecinos de los pueblos de Las Villas, en los que durante más de 30 años acompañó a sus gentes en un proceso de promoción humana, social y cristiana, junto con sus compañeros de la Comunidad de Babilafuente. Allí estaban sus alumnos de la Escuela de Teología y de la Facultad de San Esteban. Allí estaban representantes de las distintas Delegaciones y Asociaciones de Acción Verapaz, la ‘niña de sus ojos’. Allí estaban sus muchos amigos y conocidos de Salamanca y de otros lugares.
Los amigos y hermanos de la Comunidad de Babilafuente me confiaron a mí la homilía, que fui madurando en la mente y en el corazón en los días previos al desenlace final. La semblanza que quise trazar de su vida, a partir de la parábola del Buen samaritano, que algunos textos que aquí publicamos recogen tan bien, quería ser no sólo un acto de homenaje a su trayectoria y de agradecimiento a lo que fue y significó su vida para quienes le conocimos y con él compartimos sueños y esperanzas, sino también un reivindicación de su estilo de vida, su modo de entender la forma de vivir la fe y la vida religiosa, pues Bernardo era un gran enamorado de la vida dominicana en la que encontró un cauce para vivir su fe y el seguimiento del que para él fue el único Maestro, Jesús de Nazaret.
En este sentido la parábola del Buen samaritano, que él tantas veces comentó, es un fiel reflejo de su vida y explica muy bien cómo vivió y porqué vivió como vivió, lo que hizo y las razones de esa forma de actuar. Para Bernardo la gran pregunta que le planteaba la parábola no era quién es el prójimo, pues él tenía claro que Dios no excluye a nadie, aunque nosotros sí lo hacemos, sino cuáles son los pasos que nosotros debemos dar para hacernos próximos a los otros y a la realidad.
Y esto queda muy claro en la parábola: El primer paso es ver, acercarse al otro, intentar comprender lo que le pasa, analizar la situación para ver las causas y los remedios que se puedan ofrecer. Por eso, para poder vivir esta actitud samaritana, para vivir hoy de verdad la fe y la vida religiosa, entendía Bernardo, no hay que aislarse, separarse de los otros o de la realidad, sino aproximarse a ella. Y así lo hizo: optando por un estilo de vida cercano a la gente (conocía a los vecinos por su nombres y apellidos, estaba al tanto de lo que les pasaba y les preguntaba por ello); ofreciendo en charlas, escritos, en las clases y en los cursos de voluntariado de Acción Verapaz lúcidos análisis de la realidad; y poniendo todo su corazón en este empeño y tarea, pues en Bernardo -mente y corazón- iban a la par. Este primer paso, siendo necesario, no es suficiente. Si sólo hacemos eruditos estudios sobre la realidad y nos limitamos a ofrecer cifras y datos sobre lo que ocurre, pero sin que esto ni cambie nuestro corazón ni nuestra vida, la respuesta resultará pobre e insuficiente.
El segundo paso que dio el personaje de la parábola fue el de la compasión. Esta actitud él la vivió en un doble sentido: primero, viviendo apasionadamente, sabiendo disfrutar de la vida y de los pequeños detalles que ésta nos ofrece, poniendo entusiasmo en todo cuanto hacía y trasmitiéndolos a los demás; segundo, sintiéndose concernido o dejándose afectar por lo que pasaba a su alrededor. Bernardo entendió bien y comprendió el texto de la Gaudium et Spes del Vaticano II: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestros tiempo, lo son también de la Iglesia”. Y así entendió él la solidaridad, que puso en práctica con los cercanos (familia, amigos, vecinos, alumnos) y lejanos, a través de su querido proyecto Acción Verapaz.
Y queda el último paso, que también dio el personaje de la parábola: el compromiso. Vista y entendida la realidad y la situación del otro, identificados con su suerte y colocados física, emocional y espiritualmente en el lugar del otro, hay que buscar el modo de acompañarle en el proceso hacia su liberación, en la búsqueda de la dignidad, el bienestar y libertad a la que todo ser humano tiene derecho. Bernardo nos lo repetía en Acción Verapaz: este es un espacio no sólo para poner en práctica la solidaridad, sino para crecer nosotros dentro de él en este valor, para madurar nuestras convicciones y nuestro compromiso.
No menos impresionante fue la misa funeral y el entierro en su pueblo natal, Riofrío de Órbigo (León) en la tarde del domingo. En la plaza del pueblo, pues la iglesia no podía dar cabida a tanta gente como estaba allí, a pesar de la niebla y el frío, vecinos y conocidos más cercanos de su tierra quisieron dar le último homenaje de admiración, cariño y respeto a alguien que, por lo que fuimos escuchando, dejó huella muy profunda en sus vidas, por su cercanía, carácter vital y testimonio de esperanza.
Esta fue la semblanza espiritual de Bernardo que quisimos expresar en su despedida. Pero queda la conclusión final: él fue fiel a la llamada de Dios y llevó de manera responsable, digna y sin claudicación alguna, la antorcha encendida de la fe y del seguimiento de Jesús, entendido a la luz de la parábola del Buen Samaritano.
Ahora nos queda a nosotros tomar esa antorcha y continuar la trayectoria que Bernardo nos ha dejado. ¡Así se lo prometimos y así lo vamos a hacer!
José Antonio Lobo
Secretario Ejecutivo de Acción Verapaz