Los Comités Óscar Romero de Solidaridad con América Latina del Estado Español y el Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos América Latina (SICSAL) de Europa vemos con gran esperanza las movilizaciones de los jóvenes, y no tan jóvenes, en un movimiento lleno de vida, Democracia Real Ya, que quiere decir basta a tanta corrupción, tanto recorte social, tanta desregulación laboral, tanta injusticia, tanto robo, tanta hambre y tanta muerte, institucionalizados en un sistema perverso, impuesto al mundo entero, por poderes oscuros que controlan y marcan el rumbo de los gobiernos, formado por el sistema financiero, el fondo monetario internacional, el banco mundial, el banco central europeo y políticos vasallos que siguen sus consignas.
Condenamos la represión contra los acampados en la Plaza de Cataluña de Barcelona por parte de las fuerzas policiales y apoyamos a todos los jóvenes acampados en las distintas ciudades españolas.
Nosotros, Comités de Solidaridad con América Latina y SICSAL, hemos resistido a la implantación de esta tiranía de los mercados y de la deuda externa en todos los países latinoamericanos. Ya han pagado seis y siete veces la deuda que contrajeron y deben todavía más de lo que recibieron. Han privatizado todos sus bienes, han disminuido drásticamente los gastos de la canasta básica, sanidad, educación y gastos sociales en general. Y todavía han de destinar un porcentaje muy alto de sus ingresos para ir pagando los intereses de esa «deuda externa, o deuda eterna». Esta tiranía del mercado consiste en que los estados están obligados a someterse a los intereses del gran capital, privatizando las ganancias y socializando las pérdidas en las crisis que el mismo mercado produce.
Nosotros, ya conocemos el sistema, porque lo hemos sufrido en América Latina. Ahora están intentando implantarlo en Europa, empezando por los países más débiles: Grecia, Irlanda, Portugal, España; y con los mismos métodos: paso de la deuda privada de los bancos a los Estados, préstamos a éstos, cobro de intereses, rescate, nuevos préstamos, nueva deuda… Recortes en el sistema social, privatizaciones de lo público. Así las naciones destinan del diez al treinta por ciento de sus ingresos para pagar a los bancos internacionales. Esta es la tiranía del mercado, un fascismo económico.
Por eso nos llena de alegría y de esperanza ver a estos jóvenes indignados gritando basta y exigiendo justicia, racionalidad y humanidad. Gritamos con ellos «Manos arriba, esto es un rescate». Y nos alegra que uno de sus eslóganes sea el que empleamos en América Latina y confiamos en que desde la protesta del mal llamado primer mundo, se haga realidad: otro mundo es posible.
Madrid 5 de junio de 2011
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