NON Ó ISLAMOFOBIA

Compartimos este articulo do dominico Martin Gelabert, que algunha vez acompañounos en charlas e congresos, e con el dicimos «non ao odio, non á exclusión, non ao fanatismo e si á procura de todo o que contribúe ao entendemento entre as persoas de distintas culturas, razas e relixións.

El mal siempre es irracional. Por eso cuesta comprenderlo. La buena reacción ante el mal es solidarizarnos con las víctimas. Lo ocurrido en Barcelona y en Cambrils demuestra que en este mundo hay mucho bien, porque ha habido mucha solidaridad con las víctimas de los aborrecibles atentados. Otra reacción comprensible ante el mal es buscar culpables. Pero si además de señalar a los culpables, los calificamos y, peor aún, extendemos la calificación a algún colectivo con el que supuestamente estos culpables se identificarían, corremos el riesgo de cometer un grave error y una gran injusticia. Ni los hijos son culpables del pecado de sus padres, ni se puede suponer que todos los miembros de un determinado colectivo son ladrones o asesinos porque alguno de sus miembros lo sea.

El conocido como “Estado Islámico” ha reivindicado los aborrecibles actos cometidos en Cataluña. Y el último de los terroristas abatido en Cambrils murió gritando: Alá es grande. ¿Quiere esto decir que el Islam es una religión que fomenta el odio y el terror, o que por el mero hecho de ser árabe o de profesar la religión islámica una persona es peligrosa y poco de fiar? De ningún modo. A las pocas horas de cometerse el primero de los atentados, las asociaciones islámicas de España condenaron este hecho criminal. Sin embargo, al día siguiente aparecieron pintadas xenófobas e insultantes en las puertas de una mezquita de Tarragona. Más aún, ese mismo viernes hubo una manifestación en Barcelona promovida por grupos ultraderechistas clamando contra “la islamización de Europa”. Hay personas que se quieren cristianas y son racistas y violentas.

Cualquier apelación a la religión que conduce al odio, al terror, a la muerte, a la división, a la enemistad, es una profanación del nombre de Dios. Los terroristas de Barcelona y Cambrils no tienen ninguna ideología religiosa; lo que les mal orienta es una ideología criminal bajo pátina religiosa. Ideología criminal tanto más fácil de imbuir cuando más maleable es la persona. Todos esos terroristas son muy jóvenes, y uno es menor de edad. Hay que dejar claro que la islamofobia sólo contribuye a alimentar al monstruo que produce estos aborrecibles hechos. Precisamente lo que quieren los ideólogos de tales barbaridades es que los consideremos representantes del Islam, para así crear un ambiente que propicie el odio entre religiones y culturas, cuando son pura bazofia que no puede apelar a ninguna religión.

La ideología criminal se alimenta de odio, exclusión y fanatismo. Por tanto, no al odio, no a la exclusión, no al fanatismo. Y sí a la búsqueda de todo lo que contribuye al entendimiento entre las personas de distintas culturas, razas y religiones. No entremos en el juego de los ideólogos del crimen acusando a una religión, a una cultura, a un pueblo de lo que no es.